La que fuera última novia y prometida de Elvis Presley, Ginger Alden rompió finalmente un silencio de 37 años al publicar este libro donde finalmente cuenta su historia de diez meses con Elvis. Personalmente valoro el hecho de que mientras otros han publicado libros a lo largo de los años, ella ha permanecido bastante callada, pudiendo haber sacado partido económico como han hecho otros con menos relación con Elvis. Esto es lo que de momento puedo decir a partir de algunos comentarios que he leído en internet. El libro sigue un orden cronológico, y comienza cuando el padre de Ginger y Elvis se conocen mientras este hacía el servicio militar en Alemania, algo que no tuvo nada que ver en la posterior relación de su hija, curiosamente, y finaliza el fatídico día 16 de Agosto de 1977 cuando Ginger encuentra el cuerpo sin vida de Elvis en el baño de Graceland. No ahonda en muchos detalles acerca de la muerte de Elvis.
Ginger Alden narra como poco a poco fue entrando en la vida de Graceland y pronto Elvis comenzaría a hacerle regalos como joyas, coches y algunas promesas que no pudo cumplir con su repentina muerte, entre otras su promesa de pagar la hipoteca de su madre, un asunto que después de la muerte de Elvis terminó en el juzgado. Ginger Alden cuenta además otros asuntos menos agradables, pero siempre mostrando afecto.
Tengo que decir que como informa EIN, el libro de Ginger Alden ha tenido mucha atracción por parte de los fans colocándolo alto en diversas listas en Estados Unidos antes incluso de salir a la venta, tanto en sus versiones en tapa dura o en Kindle. Obviamente el libro incluye también las últimas palabras que Elvis pronunció antes de morir. Temprano en la mañana del 16 de Agosto de 1977, Elvis dijo a Ginger: “Voy al baño a leer”. Elvis no podía conciliar el sueño y no quería molestar a Ginger que se encontraba acostada. Esta le contestó: “De acuerdo, pero no te quedes dormido”, a lo que Elvis respondió “No te preocupes, no lo haré”. Elvis dejó la luz de leer encendida y Ginger cerró los ojos de nuevo. Horas más tarde, hacia las 2 de la tarde, Ginger se despertó y al percartarse que Elvis no estaba en la cama, llamó a la puerta del baño. Elvis no contestó. Ella abrió la puerta, y le encontró desplomado en el suelo, le tocó y estaba frío. Ginger le dio palmadas en la cara varias veces y pareció respirar una vez cuando le volví la cabeza. Trató de abrirle un ojo y comprobó que estaba enrojecido de sangre, pero no podía moverle, y no quería pensar que estuviera muerto. Dios no se lo podía llevar tan pronto. Apretó el botón del intercomunicador que conectaba con la cocina, y pidió ayuda. A pesar de que Joe Esposito acudió deprisa a asistir a su viejo compañero del servicio militar. Elvis estaba muerto, en el mismo lugar donde Ginger afirma que el 26 de Enero de 1977 este se le declaró y le pidió matrimonio.
Ginger Alden ha realizado una intensiva campaña publicitaria en Septiembre. El New York Daily News ha publicado extractos donde Alden detalla aspectos del mal carácter de Elvis a veces, la vida recluida en Graceland, los lujosos regalos y algunos detalles íntimos de su relación. Por ejemplo, cuenta que mientras estuvieron en Las Vegas (Diciembre 1976), ella no veía nada fuera de lo que fuera la habitación del hotel o la sala donde Elvis actuaba. Elvis no salía mucho. Cuando estaba en Graceland, se pasaba la mayor parte del tiempo en la parte de arriba, en pijama y raramente salía de su habitación o la oficina contigua. En su tiempo juntos, jamás le vio sentarse en la mesa a comer. Les servían la comida en la cama. Si tenía que salir de repente, se ponía un jumpsuit encima y un cinturón para facilitar el llevar las armas. Elvis poseía varias magnums. Una noche que no podía mantenerse despierta para leer con el, vio una de ellas en acción, o al menos la escuchó cuando su detonación la despertó. Elvis había disparado su arma contra la pared junto al reposacabezas de la cama. El le explicó que le había pedido algo mas de yogurt y ella no había reaccionado. “Era un toque de atención”, le explicó. Fue esa noche cuando hicieron por primera vez el amor, aunque sin desnudarse del todo, porque Elvis decía que la gente no debía estar totalmente desnuda a no ser que estuvieran casados. Antes de su siguiente show, le regaló un reloj y un colgante de diamantes.
Elvis había conocido a Ginger en Graceland un sábado por la noche del mes de Noviembre de 1976. Ginger vivía en una casa modesta con sus padres en Memphis y su hermana Terry era la actual Miss Tennessee, la cual recibió una llamada de Graceland porque Elvis quería conocerla. Esta le dijo que si podía llevar a sus dos hermanas, y así sucedió. Al llegar a Graceland las tres hermanas tuvieron un tour por la planta baja de Graceland. Irónicamente una de las pocas veces que Ginger andaría por allí. Tuvieron que esperar varias horas hasta que Elvis apareciera. Elvis de 41 años, llegó y se quedó con Ginger a la que estuvo leyendo toda la noche del libro de Khalin Gibran “El profeta”. Pasarían muchas noches como esa en adelante, Elvis leyéndole en voz alta textos de libros de espiritualidad o numerología. Primero se unió a los conciertos que Elvis daría en Las Vegas en Diciembre, donde ella fue enviada a las tiendas lujosas del hotel a comprarse accesorios y vestidos para ponerse en sus conciertos. Una noche después de uno de los shows, le dijo que cerrara los ojos y le mostró un anillo de diamantes el cual colocó en su dedo. Casi al mismo momento le colocó un anillo de zafiros y diamantes en la otra mano anunciándole: “Tendrás que tener de repuesto”. Elvis le dio otros dos anillos y un par de días después le regaló un coche nuevo (Lincoln Mark V).
Pero también probó un poco del mal carácter de Elvis cuando rechazó el romper inmediatamente por teléfono con un hombre al cual había estado viendo. Elvis fue a la otra habitación donde estaban sentados los otros del grupo y tiró una botella de Gatorade contra la pared.
Elvis y las pistolas eran una combinación peligrosa. Una noche que el baño comenzó a echar borbotones lo voló con una pistola. Más peligroso fue el día que Elvis corrió hacia el jardín apuntando con el arma al ver que Lisa era perseguida con alguien con una pistola. Ginger le tuvo que convencer que eran niños jugando con una pistola de juguete. Una vez disparó al televisor porque no le gustó el programa. Otra al teléfono que le molestó. Ginger Alden achacó estos erráticos momentos a sus repentinos cambios de humor.
Ella siempre estaba preocupada por los “paquetes de tranquilizantes” entregados cada noche por su enfermera que vivía en un tráiler fuera. A veces necesitaba otra dosis durante la noche, y si la enfermera le decía algo montaba en cólera. Tampoco podía reprocharle acerca de las enormes cantidades de comida que tomaba a veces. Una noche en Hawaii de vacaciones trató de razonar con el acerca de que había consumido demasiado zumo de papaya ese día y que no necesitaba más. Furioso dijo que las vacaciones habían terminado por su causa, amenazando a todos los que le acompañaban con regresar a casa. Cuando la bronca terminó y Ginger salió de la habitación Elvis irrumpió y agarrándola por las costillas le dijo: “Nadie me deja plantado mientras estoy hablando, le gritó”.
Aún así había gestos de amor y generosidad. Cargó a Ginger Alden y su familia con abrigos de pieles. Sus padres tuvieron un coche nuevo. Insistió en pagar la hipoteca de la casa de los padres de Ginger cuando estos rechazaron que Elvis les comprara una nueva casa. Y siempre había nueva joyería, incluidas piezas de diamantes. Poco antes de cumplirse tres meses de relación, Elvis sentó a Ginger en una silla en su baño, se arrodilló y le presentó un anillo de diamantes muy grande, y le preguntó: “Ginger, ¿te casarías conmigo?”. Ellos mantuvieron esto en secreto no queriendo sorprender a Lisa hasta que los planes estuvieran cerrados. Elvis decía a Ginger repetidamente que Dios le haría saber el momento correcto. Fue una noche de verano cuando fijaron la fecha. Sería en Navidad. Y según Elvis: “Sería la boda del siglo”. Incluso cuenta que este tenía ideas para el vestido que quería que llevase. La mañana del 16 de Agosto, Ginger relata lo que vió: “Elvis se encontraba como si su cuerpo se hubiera quedado congelado completamente en posición de sentado mientras usaba el inodoro y luego cayera hacia delante en esa posición fija directamente en frente. Sus piernas estaban dobladas, la parte de arriba del pecho y hombros tocaban el suelo y su cabeza ligeramente vuelta para la izquierda, la conmoción fue grande, a la pequeña Lisa se le tuvo que bloquear la puerta de acceso al baño, y hubieron intentos de revivirlo, pero Elvis fue declarado muerto oficialmente en el hospital Baptist Memorial víctica de arrítmia cardiaca. En el funeral, Ginger Alden ocupó uno de los sitios de atrás en el velatorio, aunque Priscilla, su ex-mujer le dijo: “Se cuanto te quería Elvis”.