Prosigo la lectura del libro en el capítulo referente a la autopsia, y sigue siendo desagradable en extremo, como un cuerpo que veinticuatro horas atrás tenía vida, ahora yace en la sala del hospital Baptist Memorial de Memphis mientras los medios de comunicación expanden la noticia de la muerte de Elvis Presley y Memphis se convierte en un hervidero de gente procedente de otros lugares. Los médicos allí presentes siguen trabajando para ofrecer a los medios la causa de la muerte de Elvis Presley pero no está siendo fácil. Prueba tras prueba van descartando las causas de muerte usuales, incluida la del ataque al corazón. Entre las noticias que se están difundiendo fuera, se están comenzando a extender las especulaciones que tienen su inicio en en ese día y que algunas de ellas han estado circulando años, incluso en libros de personas que conocieron a Elvis; el ataque al corazón, el cáncer de huesos, el asesino que le da un golpe de kárate en el cuello en el baño, etc. Nada de eso tiene que ver con la realidad. Los médicos aún no han encontrado la causa. Elvis padecía hipertensión, pero eso no le mata. Los órganos abdominales de Elvis son más grande de lo normal, y el colon está muy agrandado. Los médicos descubren que Elvis padecía un gran problema intestinal, y lo determinan al consumo-abuso prolongado de medicamentos. Pero determinan que esa no fue la causa de la muerte tampoco. Con la autopsia sin finalizar y pendiente de las pruebas de laboratorio que tardaran días o semanas, el hospital ofrece una declaración a la prensa con el doctor Jerry Francisco como portavoz del equipo médico. Le acompañan el médico personal de Elvis y otros doctores que están trabajando en la autopsia, pero aparte del doctor Francisco, ninguno de ellos habla. Anuncia como causa oficial de la muerte: "Arrítmia cardíaca" provocada por causas desconocidas. El resto del equipo médico presente no comparte el diagnóstico, pero calla sorprendido por la declaración del doctor Francisco.